Las plantas producen sustancias
químicas que actúan como elementos disuasorios naturales de las plagas, y se
han utilizado desde la antigüedad para repeler a los insectos, por lo general
por la quema de material vegetal.
El uso establecido de plantas
como repelentes de insectos, en parte, contribuye a su aceptación entre los
consumidores.
"Hay muy pocos productos
naturales (aceites y compuestos individuales) que demuestran la eficacia
repelente", dijo Ulrich R. Bernier, un investigador químico en la Unidad
de Investigación de Mosquitos y mosca en el Centro Agrícola del USDA para
Médicos, y Entomología Veterinaria. "Una ventaja de usar un repelente a
base de plantas es la aceptación del usuario. La gente tiende a favorecer a los
productos naturales sobre los sintéticos”.
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Con el advenimiento de los nuevos agentes antirretrovirales, la ciencia ha podido retrasar y cronificar al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que en otros tiempos tenía un pronóstico sombrío. El virus del Sida puede presentarse de dos formas, como VIH-1 (predominante en Europa y América), y como VIH-2 (predominante en África occidental). Ambos son retrovirus que causan una deficiencia de células CD4 (linfocitos). El VIH2 VIH-2 es menos transmisible que el VHI, asociándose a una carga viral mas baja y de progresión más lenta que el VIH-1. El presente estudio llevado a cabo por científicos de China pudieron determinar que las teoflavinas presentes en las hojas del té verde (Camellia sinensis) inhiben posible el ingreso del HIV-1 (durante una trasmisión sexual) al generar una disrupción de la estructura gp41 6-HB core del virus. Por otra parte, la mezcla de teoflavinas ejerce un efecto inhibitorio de la enzima trascriptasa reversa del virus, evitando así un mecanismo importante de multiplicación. Los investigadores proponen realizar formulaciones tópicas con esta mezcla de teoflavinas, a efectos de evitar el contagio sexual principalmente como fuente de ingreso del virus HIV-1. 
